Imagina a Jesús, Mahoma o Gandhi. Todos ellos han sido profetas en algún momento de la historia y lo siguen siendo. Tienen millones de seguidores en el mundo.
1. Conoce a la gente
El primer paso que debes seguir es observar detenidamente a la gente. Intenta conocer a gente muy variada para obtener las generalidades que afectan a los seres humanos. L. Ronnard Hubbard, fundador de la Cienciología y el profeta Mahoma viajaron mucho antes de predicar su mensaje.
2. Ten la primera revelación
Una vez ya sepas suficiente sobre lo que quiere y no quiere la gente ya puedes tener tu revelación final. Nadie deberá acompañarte y mejor si estás alejado del resto de mortales. Solo así podrás conectar con Dios y recibir su mensaje. El mensaje podrá ser feliz o apocalíptico. Dependiendo de tu personalidad quizá te adaptes mejor a uno u otro pero los mensajes felices suelen perdurar más tiempo.
3. Predica tu palabra con el ejemplo
Una vez ya tengas el mensaje empieza a predicar tu mensaje por las calles pero sé consciente de que tú también deberás hacer lo que predicas. Es decir si predicas un mundo pacífico como Gandhi, no puedes iniciar una guerra con el país contrario. Cambiar tu aspecto hará llamar la atención a la población que te verán como una persona decidida y ante todo se feliz para que así la gente quiera contagiarse de ese mensaje tan feliz.
4. Desarrolla tu mensaje por escrito
No vas a vivir eternamente así que necesitarás escribir tu mensaje si quieres que se transmita a las generaciones posteriores. También puedes grabar conferencias, pintar cuadros alegóricos, un blog, etc
5. Ten discípulos
Elige personas de tu confianza para que prediquen el mensaje por el resto del mundo. Tu popularidad como profeta crecerá exponencialmente al número de discípulos que tengas. Es necesario que también prediquen con el ejemplo.
Conclusión
Ser un profeta requiere trabajo y tiempo. Piensa si quieres ser un profeta y si finalmente decides que sí pon todo tu empeño en ello.